La agricultura de conservación (AC) mejora la utilización de los recursos, gracias a un enfoque de manejo integrado. Contribuye también a una producción sostenible y, entre sus ventajas, se le pueden atribuir un uso menos intensivo de los factores de producción, unos rendimientos estables y una mejora en el intercambio de los nutrientes del suelo. Generalmente, la AC es también más rentable que otras técnicas de conservación.
Además de los aspectos financieros, los modelos agrícolas que adoptan la AC consideran otros factores de importancia, como los objetivos de manejo, los motivos de cuidado de la tierra y las limitaciones de mayor relevancia. La componente colectiva es, en ocasiones, crítica para conseguir el éxito.
La política es importante en la adopción de la AC. Las políticas eficaces requieren un entendimiento completo de las condiciones de las explotaciones y de los programas específicos de cada zona, que utilizan diversas herramientas políticas. Unas políticas más uniformes podrían ayudar al desarrollo del capital social y a la promoción de las condiciones propicias para una acción colectiva.
El desarrollo de indicadores de sostenibilidad que evidencien los beneficios de la AC puede ayudar a satisfacer la necesidad de mejorar el análisis y la información. Un enfoque integrado de la explotación podría ser la base más apropiada para los análisis financieros, ya que recoge todas las respuestas de los agricultores e incorpora las diferentes opciones disponibles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario